LA ILUSTRACIÓN FRANCESA
La ilustración fue un movimiento ideológico-cultural defensor
de la razón que se desarrolló por Europa desde el siglo XVIII hasta el inicio
de la Revolución francesa (1789), aunque en algunos países se prolongó hasta
los primeros años del siglo XIX. Al siglo XVIII también se le denomina como “Siglo
de las Luces” ya que se guiaba por la luz de la razón. En
Gran Bretaña se denominó Enlightenment, en Francia Les Lumières, en Alemania Aufklärung, Ilustración en España.
Nació en Francia y será allí donde tendrá mayor repercusión.
La Ilustración es una ideología y cultura elaborada
por la burguesía europea en su lucha contra el absolutismo; es una postura
crítica que adopta la burguesía frente al orden establecido.
Podemos
citar algunas características de la
Ilustración como:
-
La exaltación del racionalismo. La razón y el espíritu crítico es
la vía para llegar a la verdad y al bienestar personal. Solo es real lo que
puede ser entendido por la razón. Todo lo irracional se considera falso e
inútil, suprimiéndose así las supersticiones y prejuicios.
-
Búsqueda de la felicidad: Se considera que la Naturaleza había
creado al hombre para que fuera feliz. Esta felicidad debía basarse en la
propiedad privada, la libertad y la igualdad. Esta última entendida no como igualdad económica, sino política y legal, es
decir, igualdad ante la ley. También se defendía la educación para todos, sin
embargo, no igual para todos , ya que variaba según la posición que se tuviera.
-
El optimismo: Por
un lado, se piensa que la naturaleza
es como una máquina perfecta; y por otro, se considera que la historia supone la evolución
progresiva de la humanidad, es decir, que el hombre va perfeccionando cada vez
más con el transcurso de los siglos, pudiéndose llegar a una sociedad perfecta.
Esta idea desaparecerá con la Primera Guerra Mundial.
-
El laicismo: La Ilustración no era laica como
muchas veces se piensa, de hecho, muchos de los pensadores eran creyentes. Lo que
sí que podemos citar es que algunas virtudes cristianas son transformadas en
virtudes laicas: los ilustrados no hablan de caridad, amor al prójimo por amor
a Dios, sino que emplean la palabra filantropía, amor al hombre por el hombre
mismo. El carácter no religioso de la Ilustración se observa también en las
lecturas de la época: en el siglo XVII los libros más editados
eran las vidas de santos y las obras de piedad; en cambio, en el
siglo XVIII, fueron de filosofía y ciencias naturales. El hombre se vuelve
también el centro del conocimiento.
En cuanto a Francia, el sistema político que predomina en el siglo XVIII es lo que se conoce
como Despotismo Ilustrado: "Todo para el pueblo, pero sin el pueblo".
Este sistema hizo que la Ilustración supusiera para Francia el movimiento precursor de la revolución
de 1789.
Por ello, la Ilustración francesa tiene un gran contenido político y social. Su
filosofía política está basada en el Derecho Natural de los hombres a la vida,
la libertad y la propiedad. La misión del Estado sería defender los
derechos del hombre, su libertad, seguridad y propiedad; por tanto, el
Estado debe ser representativo y liberal, basado en la igualdad y en
la libertad y oponiéndose al absolutismo monárquico.
Los principales teóricos políticos de la
Ilustración francesa, y de la Ilustración en general, fueron los franceses Montesquieu,
Voltaire y Rousseau.
Montesquieu (1689-1785) fue presidente del
parlamento de Burdeos. Su obra principal fue “El Espíritu de las Leyes” de
1748, obra considerada,
incluso, como punto de arranque de la victoria intelectual de la
Ilustración. En ella propone una nueva estructura de
Estado, basada en un equilibrio de poderes. Defendiendo la conservación del
poder ejecutivo para el rey, el legislativo recaería en una asamblea
representativa del país (como el parlamento inglés), y el judicial, ejercido
por los tribunales Así se evitaría el
abuso de autoridad.
La
división de poderes que proponía Montesquieu era totalmente contraria a la
monarquía absoluta francesa. Su obra
fue completada desde otro punto de vista, por Voltaire.
Ambos fueron los ídolos de la generación que consolidó y desarrolló el triunfo
del pensamiento ilustrado en Francia.
Charles Louis de Secondat, Señor de la Brède y Barón de Montesquieu
Voltaire (1694-1778) estuvo
muy influenciado por del movimiento filosófico inglés en
particular de Locke y los deístas y se hizo famoso por sus críticas contra la
autoridad, principalmente contra la Iglesia, y por
sus escritos ingeniosos y de gran agudeza crítica. Su lucha se desarrolló
en dos planos distintos:
uno público y otro secreto. En el primero figuran “Essai sur les moeurs et l’esprit des
nations (1756), un trabajo hecho a la medida de la burguesía de que
procedía, una filosofía laica de la Historia, y el “Dictionnaire philosophique”, con el predominio
de la razón sobre cualquier pasión o entusiasmo personal.
En el aspecto secreto del
anonimato, la obra de Voltaire, iba en contra de los principios sociales de la época, sobre
todo de la religión cristiana. Fue gran enemigo de la Iglesia, y tenía el apoyo
de enciclopedistas que seguían las corrientes deístas o naturalistas
procedentes de Inglaterra.
François Marie Arouet (Voltaire)
Rousseau
(1712-1778) Es el primer pensador auténticamente democrático de la
historia de Europa.
Su primera obra,
publicada en 1749, causó enorme impresión ya que en ella se atacaba una de las
tesis que defendían los ilustrados de que los adelantos científicos y técnicos
no sólo mejoraban al hombre materialmente, sino también moralmente; es decir,
hacían que el hombre se fuera haciendo cada vez más bueno. Frente a esto, Rousseau
señalaba que la civilización, en lugar de mejorar al hombre, lo que hacía era
corromperlo, porque la sociedad estaba estructurada de forma injusta; por
tanto, si se quería mejorar al hombre, antes había que mejorar a la sociedad.
Jean-Jacques Rousseau
Su obra más importante es “El Contrato Social”, de 1762,
base del concepto contemporáneo de democracia, en la que dice que los hombres en
un principio se encontraban en un “Estado de Naturaleza”, sin gobierno, sin
leyes, ni autoridad; se trata de un estado de absoluta libertad, donde cada
hombre hace lo que quiere libremente. Pero los hombres se dan cuenta de que
para defender mejor su vida, su libertad y su propiedad deben agruparse y
elegir a alguien que los gobierne. Y así aparece el Estado.
El Estado nace, por tanto, de un acuerdo libre entre los
hombres que se han unido para designar al gobernante. Como éste ha sido elegido
por el pueblo, en cualquier momento, cuando el pueblo quiera, puede ser cambiado por otro. Al mismo
tiempo, la misión de los gobernantes es cumplir la voluntad popular. Defiende,
por tanto, la soberanía popular frente al absolutismo monárquico. La voluntad
popular se averiguaría a través de elecciones en la que votaran todos los
ciudadanos.
Con
el objetivo de divulgar los conocimientos y teorías de la Ilustración, quedaron
plasmados en la Enciclopedia francesa (1751-17669), editada por Diderot y D’alembert,
con gran éxito en Europa e, incluso América.
Como conclusión debemos
decir que la Ilustración francesa fue muy importante para Francia ya que
después de la revolución, se consiguió aplicar muchos de los principios
defendidos como la separación de la Iglesia y el Estado, la creación de una
República de corte liberal, también se difundió la declaración de los Derechos
del hombre y los Ciudadanos… y lo más importante, la destrucción del sistema
feudal, sirviendo como ejemplo a otros países.
Carmen Quintero
BIBLIOGRAFÍA
Internet: http://thales.cica.es/rd/Recursos/rd99/ed99-0314-01/ilust_fr.htm , http://www.ecured.cu/index.php/Denis_Diderot
Libros: HISTORIA UNIVERSAL,
SIGLO XVIII, Luis Miguel Encisco Recio, Instituto Gallach.
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